Gerencia de marca

Tema 1.
MODELOS ESTRATÉGICOS DE BRAND EQUITY

Brief de auditoría de marketing

La gestión de las marcas para las organizaciones del siglo XXI se ha convertido en un desafío gerencial de las empresas, pues desde estas no solo se fundamentan los elementos comunicativos con los stakeholders sino que a través de su gestión se obtienen beneficios importantes en términos de participación en el mercado, de posicionamiento y de rentabilidad; por esta razón, es tan alta la importancia de la marca en la estructura de una organización, que puede ser equivalente o superior a la de los activos (Ortegón, 2012).

La marca cumple una función trascendental en la relación entre los clientes y las organizaciones, y es el de generar vínculos funcionales, simbólicos, y, sobre todo, vínculos emocionales que sobrepasan a las transacciones de compra venta por relaciones duraderas y rentables en beneficio de las empresas, generando así confianza desde el precio, la calidad, el servicio, preferencia, percepción u otra propuesta de valor frente a la decisión de compra (Hernani, 2008).

Los altos índices de competitividad local han generado un estancamiento en el ciclo de vida de los productos en términos de ventas, utilidades y rentabilidad, impulsando a las organizaciones a incrementar su cuota de mercado en escenarios internacionales, convirtiendo a la marca en una herramienta fundamental para el éxito comercial en estos nuevos contextos (Kotler y Keller, 2006).

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Figura 1. Fuente: Shutterstock/2019




El brand equity visualiza el reconocimiento de una marca y su importancia en el mercado, aspecto que incide en la vida del consumidor y su relación con la empresa. Al interior de las empresas, el brand equity se describe desde diferentes dimensiones que percibe el consumidor, las cuales se describen en la Tabla 1.

Chania Tabla 1. Dimensiones del brand equity. Fuente: elaboración propia desde Pappu y Christodoulides (2017)




Los estudios sobre el branding han legitimado diversos tipos de medida del brand equity los cuales se agrupan en dos categorías: medidas de índole intrínseca y extrínseca. La primera categoría describe las fortalezas de la marca frente a la percepción del consumidor; mientras que la segunda categoría describe la fortaleza de la marca ante los cambios en las políticas comerciales frente a las dinámicas del mercado y la competencia (Villarejo Ramos, 2002). Aaker (1996) propone los siguientes elementos para desarrollar el proceso de medición del valor de marca:

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Figura 2. Fuente: elaboración propia


El desarrollo del brand equity se ha fundamentado en las organizaciones a partir de la adopción e diferentes modelos que miden y potencializan en valor de las marcas como activos financieros. La función principal de los modelos de brand equity es la de medir el valor de la marca, y de esta forma gestionar procesos de comunicación sobre los productos y sobre las mismas organizaciones con el fin de incrementar la propuesta de valor a los clientes.

Keller (2008) plantea que el valor de marca puede ser visto en las compañías como el reconocimiento de algunos de los beneficios del mercado, estos se crean cuando se cuenta con marcas fuertes, y dependiendo de los recursos y capacidades de marketing que posean las empresas, así como las circunstancias del mercado y el contexto en el cual se opere.

Existen diversos modelos de brand equity que pueden usados por el gerente de mercado o de marca en las empresas en los cuales su desarrollo ha tenido dos orígenes diferentes: el primero se fundamenta en las bases teóricas de investigadores reconocidos a nivel mundial y el segundo de acuerdo con propuestas de consultoras con alto reconocimiento global.




Modelos de brand equity fundamentados en bases teóricas
Teniendo en cuenta investigaciones y fundamentos teóricos se relacionan los siguientes modelos de brand equity:

Esta propuesta se fundamenta en el desarrollo de un análisis conjunto del consumidor, empleando la marca como el elemento investigativo. El estudio utiliza modelos multiatributos para identificar los procesos de selección, preferencias, elecciones y percepciones de los consumidores, estimando parámetros asociados a cada nivel de la marca.
Este modelo fue planteado para construir una marca a partir de tres etapas: introducción, elaboración y fortificación. Cada una de ellas está acompañada de una variable básica, como la imagen o la personalidad de marca, para caracterizar las actitudes o relaciones entre la marca y los consumidores, fortaleciendo por parte de la empresa estas experiencias y vínculos emocionales.
Se fundamenta en la explicación de la valoración de marca a partir de las cualidades asociadas con su nombre y su símbolo, influyendo en el crecimiento del valor de un producto desde su nombre de marca, la calidad percibida, las asociaciones, la lealtad y el comportamiento del mercado.
Este es un modelo multidimensional en el que la construcción de marca resulta de la gestión de dos componentes, la conciencia de marca y la imagen de marca. En la medida que estos componentes se fortalezcan en el mercado se evidencian mayores consumos incrementando el valor de marca.
Modelo fundamentado en la percepción de marca para los consumidores, teniendo en cuenta sus respuestas a diferentes precios. De esta manera se define el precio de igualación en el que cada marca equilibra su participación en el mercado desde las compras del consumidor.
Modelo fundamentado en la percepción de marca para los consumidores, teniendo en cuenta sus respuestas a diferentes precios. De esta manera se define el precio de igualación en el que cada marca equilibra su participación en el mercado desde las compras del consumidor.
La propuesta de este modelo utiliza como variables de medición principal a la lealtad, y se complementan con la disposición actitudinal y comportamental. Dick y Basu (1994) desarrollaron una matriz que mide la lealtad hacia la marca para gestionar su sostenibilidad e incrementar su valor al medir en los consumidores su disposición actitudinal y comportamental de consumo.
El desarrollo de este modelo utiliza el análisis conjunto entre variables de marca y precio, obtenidas por la empresa por medio de instrumentos estadísticos aplicados a los consumidores, representando estos atributos gráficamente, determinando las preferencias de tipo cuantitativo entre las variables estudiadas a partir de una regresión de mínimos cuadrados.



Modelo de resonancia de marca de Keller (2001).
Este modelo plantea que el valor de una marca depende de lo sus seguidores hayan aprendido, sentido, visto y escuchado acerca de ella. Dicho modelo está conformado por las siguientes fases:

image Figura 3. Fuente: elaboración propia

El modelo de resonancia de marca está conformado por una pirámide conformada por seis bloques que relaciona el protagonismo del consumidor con el valor de marca. Dicha pirámide si visualiza en la siguiente figura:

image Figura 4. Fuente: elaboración propia

Modelos basados en consultoras internacionales

Teniendo en cuenta la experiencia de diversas organizaciones dedicadas a la consultoría en branding, se relacionan los siguientes modelos de brand equity:



Este modelo fue propuesto por la organización de Estados Unidos Total Research Corporation, empleando un cuestionario construido a partir de tres variables: notoriedad de marca, calidad percibida y satisfacción del usuario. Desde el desarrollo de este instrumento se lleva a cabo un análisis de factores como marca y el precio, visualizando diversas alternativas en las decisiones de compra simulada, valorando de esta manera la marca estudiada.


Brandoctors es una consultora norteamericana que asesora a las empresas en el desarrollo de marketing estratégico. Su modelo se caracteriza porque se focaliza en la lealtad como el atributo principal para valorar la marca, determinando el número y la frecuencia de compra por parte de los consumidores. La lealtad presente en los clientes disminuye los costos de publicidad, promociones y demás gastos de la comunicación de marketing, permitiendo que se puedan incrementar los precios de los productos, sustentando la existencia del apalancamiento de mercadeo.


La consultora Sophisticated Data Research de origen estadounidense orienta a las empresas en el desarrollo de propuestas de marketing estratégico basados en los atributos físicos del producto, en el valor intrínseco percibido y en el precio. A partir de una investigación de mercados se identifican las marcas más representativas de la categoría a la que pertenece el producto, determinando el valor de la marca desde la utilidad de los atributos físicos y el precio como determinantes de la decisión de compra.


Este modelo fue desarrollado por ACNielsen que es una compañía americana especializada en la investigación de mercados, la cual pretende evaluar la incidencia de las estrategias de mercadeo en el valor de la marca para los consumidores, resaltando lo que ellos hacen y saben de esta. La metodología va ligada al desarrollo de tres variables: la visibilidad, los valores y la unión en términos de vínculos emocionales entre la empresa y sus mercados que incrementan el valor de la marca.


La consultora inglesa Interbrand especialista en desarrollo de branding corporativo propuso este modelo de valor de marca el cual consiste en identificar todos los stakeholders asociados a la marca con el fin de entender el comportamiento de compra y la influencia de la marca en la elección de sus consumidores. Para su desarrollo se observa a la organización como un ecosistema compuesto de elementos internos y externos, estudiando la situación financiera de la empresa, su branding y los objetivos de la estrategia del negocio.


Este modelo fue desarrollado por Millward Brown, compañía estadounidense que desarrolla las actividades y el comportamiento de las marcas en los principales medios de comunicación. Proponen una medición anual generando el listado de las 100 marcas más valoradas en el mundo, a partir de entrevistas a más de 150.000 personas de todo el mundo, con más de 200 categorías de productos (Siabato y Oliva, 2014), convirtiéndose en un indicador relevante en la industria mundial como valorados de marcas.
La estructura de la cadena de valor de marca

La cadena de valor genérica es un modelo que permite visualizar el conjunto de actividades que se deben desarrollar en una empresa para generar valor al producto final. Este modelo fue propuesto por Porter (1982) y en él se determina que la ventaja competitiva no se comprende si se observa a la empresa como un todo, porque dentro de ella existen actividades primarias y de apoyo que se interconectan contribuyen a su direccionamiento estratégico.

Las actividades primarias están implicadas en la creación física de los productos tangibles o en la operatividad de los servicios, desde su entrega al consumidor hasta el servicio posventa. Las actividades de apoyo sustentan a las primarias proporcionándoles insumos, tecnologías, recursos humanos y el soporte en términos de infraestructura que posee la empresa.

El branding posee responsabilidades mayores a las de resaltar las características funcionales de los productos y de las marcas. Además de hacer parte de las actividades primarias de la cadena de valor genérica pretende materializar el deseo empresarial de salir del anonimato corporativo y de producto, y con el desarrollo del comercio, la marca se ha asociado con la calidad y confiabilidad ofrecida por los productores (Araya-Castillo y Etchebarne, 2014).

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Figura 5. Fuente: Shutterstock/2019



De ahí que los esfuerzos de los gerentes se focalicen en crear una marca con significado propio y distinción en la mente del consumidor (Schlesinger y Cerverta, 2009) incrementando en ella su valor como activo de la empresa.

La cadena de valor de marca es un proceso en el cual se reciben aportes que los stakeholders desde su creación y revisión estratégica otorgan a la marca hasta convertirla en la imagen corporativa que sustenta la promesa de valor de la empresa hacia el mercado. La cadena de valor de marca está conformada por el desarrollo de las variables del marketing mix en función con la marca. Los primeros eslabones de esta cadena están controlados por los estrategas de la empresa, mientras que en los eslabones finales de este control es compartido entre la empresa propietaria de la marca y los canales de distribución.

La estructura de la cadena de valor de marca se observa en la figura siguiente:

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Figura 6. Cadena de valor de marca. Fuente: elaboración propia desde Viapack (s.f.)



Son los agentes económicos que a través de procesos productivos u operativos entregan bienes y servicios al mercado y a los canales de distribución. Desde un procedimiento donde se involucran materias primas, insumos, infraestructura, mano de obra y estrategias de branding, el fabricante se convierte en el primer eslabón de la cadena de valor de marca.
Son las empresas independientes que prestan servicios de comunicación, branding y marketing al mercado. Aportan valor de forma significativa a las organizaciones y a sus marcas a través de actividades, de la medición de marca, la investigación de mercados, estudios de tendencia, análisis de posicionamiento, construcción de marca, naming y estrategias de tipo comercial.
Son las empresas independientes que prestan servicios de comunicación, branding y marketing al mercado. Aportan valor de forma significativa a las organizaciones y a sus marcas a través de actividades, de la medición de marca, la investigación de mercados, estudios de tendencia, análisis de posicionamiento, construcción de marca, naming y estrategias de tipo comercial.
La distribución en el mercadeo es concebida como el conjunto de esfuerzos de carácter logístico que deben hacer los empresarios para poder hacer llegar los productos desde la planta de producción hasta el contacto con el consumidor final. Los fabricantes cuentan con los canales de distribución que son agentes que potencializan su marca, siendo estos uno de sus stakeholders de mayor incidencia en el desarrollo comercial de los productos y las marcas en el mercado.
Son organizaciones que protegen a los consumidores de las prácticas comerciales agresivas por parte de las empresas que carecen de una adecuada responsabilidad social frente al consumo responsable. Estas agregan valor a la marca cuando en sus espacios de generación de contenido resaltan las acciones de las empresas y su real orientación al mercado.
Dentro de la cadena de valor de marca, el consumidor final es quien goza el aporte de valor de cada uno de los diferentes eslabones, siendo el protagonista de la orientación comercial de las organizaciones. Su existencia es trascendental, no solo para las empresas y su objeto social, sino para el desarrollo del proceso económico de cualquier escenario geográfico. El consumo es la etapa final del proceso económico, y desde la óptica de Gómez y Pérez (2017) es una acción que se presenta naturalmente, sin importar la condición económica de los miembros de la sociedad.
Tema 2.
ESTUDIOS DE MEDICIÓN Y SEGUIMIENTO DE LA MARCA

La marca como activo fundamental de las empresas debe aumentar su flujo de caja y convertirse en una relevante ventaja competitiva que permite incrementar el consumo de los productos amparados por ella y ser una barrera de entrada para la competencia (Aaker, 1992). Al respecto, Cortázar (2013) plantea algunas razones por las cuales las empresas deben incrementar el valor de sus marcas: se reducen los costos de mercado, se incrementa la lealtad del consumidor, se incrementa la rentabilidad y se amplían las oportunidades de extender la marca hacia otras líneas.

Debido a lo anterior, las marcas y su realidad comercial deben contar con un seguimiento, estas no solamente determinan la diferenciación de productos, sino que proporcionan al mercado experiencias simbólicas y emocional; por ello, Cortázar (2013) describe que la manera más adecuada de desarrollar los estudios de medición y seguimiento de la marca debe poseer una orientación dirigida al consumidor.

Teniendo en cuenta esta orientación para medir el desempeño de la marca, los estudios que se destacan son los desarrollos por Aaker (1992) resaltando la manera en la cual las marcas crean valor y el de Keller (1993) fundamentándose en el consumidor final.

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Figura 7. Fuente: Shutterstock/2019
Modelo de medición de Aaker

Anteriormente, para las organizaciones la marca consistía en el elemento que permitía denominar y diferenciar los productos dentro de su portafolio, sin considerarse un activo financiero. Actualmente, la alta dinámica de los mercados y los altos niveles de competencia han otorgado a la marca un protagonismo trascendental en la relación entre empresa y consumidor, por lo que los estrategas requieren medir el valor aportado por la marca, no solo a la empresa sino también al consumidor.   Un paralelo al respecto, se plasma en la Tabla 2 que identifica el valor de la marca para la empresa y el consumidor:

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Tabla 2. Valor de la marca para la empresa y el consumidor. Fuente: elaboración propia desde Keller (2008)



En este modelo Aaker (1992) determina un conjunto de factores que desarrollan el valor de las marcas. Estos factores son la lealtad a la marca, el reconocimiento de marca, la calidad percibida, las asociaciones de marca y el comportamiento del mercado. Lo anterior sustenta que para Aaker (1992) la medición de las marcas debe ser un proceso multidimensional (Ortegón, 2013). La Tabla 3 relaciona y caracteriza los factores del modelo de medición de Aaker:

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Tabla 3. Factores del modelo de medición de Aaker. Fuente: elaboración propia desde Aaker (1992)



De los factores anteriores, la lealtad es el más representativo (Aaker, 1992) al proteger la empresa de la competencia, potencializa el ciclo de vida de la marca y sus productos, fortalece barreras de entrada y crea relaciones emocionales y simbólicas con el consumidor. La lealtad como eje del modelo de Aaker puede observarse desde dos corrientes (Pineda, 2018):

image Figura 8. Fuente: elaboración propia

El fundamento del modelo de medición de Aaker clasifica a los consumidores en función de su lealtad hacia la marca en cinco grupos, los cuales conforman la denominada pirámide de lealtad de marca visualizada en la siguiente figura:

image Figura 9. Pirámide de lealtad de marca. Fuente: elaboración propia Aaker (1996)




Modelo de medición de Keller

Este modelo se fundamenta en la cadena de valor de marca desde el cual se analiza el resultado a partir de dos perspectivas: la primera relacionada con las actividades de mercadeo en torno a la marca en relación con las respuestas del consumidor; y la segunda con la incidencia de los elementos de la cadena de valor, entre los que sobresalen fabricantes, agencias creativas, estrategias de marketing tradicional, canales de distribución y agencias de clientes. Dicho modelo puede desarrollarse a partir de métodos directos e indirectos:

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Figura 10. Fuente: elaboración propia



Este modelo sustenta que su desarrollo en función de la cadena de valor ha identificado algunas dimensiones para la orientación de la medición de marca en función del consumidor. Dichas dimensiones se relacionan en la Tabla 4:

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Tabla 4. Dimensiones de la medición de marca. Fuente: elaboración propia desde Keller (2008)



Estudios de seguimiento

Los estudios de seguimiento desarrollados en una marca tienen como objetivo medir las dimensiones para la orientación de esta en función del consumidor, las cuales están relacionadas en la Tabla 3. Dichos estudios se llevan a cabo a partir de la aplicación de encuestas que miden los niveles de recordación y reconocimiento de lo general a lo particular (Ortegón, 2013). Una encuesta es un conjunto de preguntas abiertas y cerradas utilizada para reunir información de cierto grupo de personas (Kotler y Keller, 2006).

En un proceso de seguimiento de marca, las encuestas utilizadas deben contar con los siguientes componentes:

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Figura 11. Fuente: elaboración propia



Cualidades de la marca
Esta medición brinda a la empresa la posibilidad de reconocer algunos aspectos:

-Conocimiento sobre lo que los consumidores esperan que la marca les ofrezca.
-Cumplimiento de las expectativas que tiene el cliente respecto a la marca y los productos que representa.
-Beneficios y dificultades que los consumidores asociación con la marca.

La identificación de los elementos anteriores permite a la empresa evaluar los factores internos respecto a sus fortalezas y debilidades, relacionadas con su estrategia comercial y de branding.

Intención de compra
La encuesta para el estudio de seguimiento debe contener preguntas que permitan identificar las verdaderas intenciones de demanda presente o futura de los productos representados por la marca por parte de los consumidores.

Tema 3.
LA MEDICIÓN DE LA PERSONALIDAD DE MARCA

Los estudios sobre personalidad de marca pueden tener dos perspectivas: por una parte, desde la personalidad de marca percibida por los consumidores de una empresa y su competencia, y, por otra parte, a partir de la personalidad deseada por las organizaciones (Torres, Urdaneta, Pirela y Colmenares, 2008). Así mismo, Schlesinger y Cerverta (2009) comentan que la teoría de personalidad de marca es interesante de investigar y estudiar debido a que se puede abordar desde una mirada teórica o empírica.

Los conceptos de marca y su personalidad representan una postura simbólica para los consumidores, ya que estos pueden otorgar atributos y rasgos de personalidad de acuerdo con la percepción ante una propuesta de valor de una marca. Sin embargo, los entornos culturales de los mercados internacionales pueden ser heterogéneos frente a la concepción de esta personalidad, siendo este un aspecto a tener en cuenta por los directivos cuando emprenden la internacionalización de sus marcas, en especial, cuando una marca se considera como un conjunto de características humanas que son asociadas y atribuidas a ella (Aaker, 1997).

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Figura 12. Fuente: Shutterstock/2019






Conceptualización de la personalidad de marca






Dimensiones y rasgos de la personalidad de marca
Aaker (1997) propuso cinco dimensiones de personalidad en las marcas, y a su vez para cada una, un conjunto de rasgos distintivos. La personalidad de marca personifica a los bienes y servicios, les da vida, les otorga ciertas características (dimensiones y rasgos) que un producto genérico no puede llegar a tener. Estas dimensiones con sus respectivos rasgos se observan en la figura siguiente:

image Figura 13. Dimensiones y rasgos de la personalidad. Fuente: elaboración propia con base en Aaker (1997)

A pesar de que la personalidad de marca desempeña un papel de alta relevancia en el branding siendo parte integral de su posicionamiento, imagen y motor para el desarrollo del valor de la marca, Aaker (1997) manifiesta que se debe examinar la aplicabilidad de las dimensiones y rasgos de este concepto en diversas culturas; pues esto no valida su efectividad en otros países y en otros sectores industriales al ser usado en diferentes categorías, teniendo en cuenta que algunos de los rasgos no determinan elementos de una “personalidad” sino más bien, elementos funcionales de los bienes y servicios (Colmenares y Saavedra, 2008).

Azoulay y Kapferer (2003) describen que el poder identificar las diferencias culturales entre países permitiría incrementar las ventajas competitivas de las organizaciones frente a mercados globales en cuanto a sus estrategias de marca. Esta afirmación es similar a lo planteado por Merino (2008) quien manifestó que existe un esfuerzo importante desde la academia como de los gerentes de marketing para obtener una ventaja competitiva en los mercados globales basada en la diferenciación de marca por medio del significado simbólico, apalancado esto desde la personalidad de marca.




Identidad de marca

Aaker (1996) sustenta que la personalidad de marca hace parte de un sistema holístico denominado identidad de marca. Este sistema plantea que la marca puede ser percibida por los stakeholders de cuatro maneras distintas:

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Figura 14. Fuente: elaboración propia

La gestión en torno a una identidad de marca que potencialice la marca como producto, empresa, símbolo o persona, traerá beneficios para la estrategia de branding. En la medida que la identidad de marca se convierta en un factor clave de éxito y en una ventaja competitiva, la organización visualizará diferentes beneficios entre los que se destacan la lealtad de los consumidores, la segmentación del mercado, la consistencia y el valor de marca (Escobar-Naranjo, 2000).

Pimentel (2015) describe que la identidad de marca es un reflejo de la reputación de la organización, representando su naturaleza y diferenciación en el mercado. Esta identidad se sustenta en algunos elementos de la filosofía corporativa, tal como se describe a continuación:

La misión es la razón de ser de la empresa. Desde su propuesta de valor, su target, sus ventajas competitivas y sus factores claves de éxito se divisa el propósito y sustento de la identidad de marca como diferencial corporativo.
La visión es la propuesta del futuro de la organización a largo plazo, en la cual, así como en la misión, se deben incluir la propuesta de valor, el target, las ventajas competitivas y los factores claves de éxito. La visión identifica la marca determinando su orientación al logro, que inspire a todos los stakeholders, en especial a los consumidores.
La esencia como elemento de la identidad de marca representa la personificación de una empresa, la cual requiere expresar sus emociones, simbolismos y funcionalidades a los consumidores.
La identidad de marca requiere proponer a la organización objetivos que permitan alcanzar lo planteado en la misión y visión frente a la forma en la cual los consumidores deberían describir y percibir la marca.
Saavedra, San Martín y Torres (2004) afirman que los consumidores se asocian emocionalmente con sus marcas y piensan en ellas como personas, atribuyéndoles características humanas y rasgos de personalidad, bien sea por similitud o posesión, todo lo anterior en concordancia con lo planteado por Colmenares y Saavedra (2008) quienes comentan que la marca y su personalidad cumplen con una función simbólica de autoexpresión para los consumidores.



Tema 4.
ALTERNATIVAS EXPERIENCIALES, EMOCIONALES Y SENSORIALES ENTORNO A LA COMUNIDAD DE MARCA

Las ofertas empresariales en la actualidad han modificado su enfoque de marketing orientado hacia la producción, las ventas y la promoción por una nueva filosofía comercial para incrementar su participación en el mercado que se sustenta en la generación de experiencias de consumo donde se involucran las emociones y los sentidos. Por esta razón, los productos no son vistos como artículos funcionales para satisfacer necesidades sino como percepciones por parte del mercado (Ries y Trout, 1986). El mercado siente afinidad hacia el consumo de productos que despierten y dinamicen tanto sus emociones como sus sentidos, estableciendo de esta manera una fuerte relación con las marcas (Hultén, 2011). Esta realidad involucra representativamente a los consumidores en torno a la marca creando experiencias que involucren su cuerpo y su mente de forma individual y colectiva (Holbrook, 2000) dando origen a las comunidades de marca. Las comunidades de marca como concepto poseen una amplia relación con el branding, las relaciones públicas, los sistemas de información de la empresa y con su inteligencia competitiva. Dichas comunidades se forman en relación a una marca, con tal de que la experiencia de consumo se pueda compartir con otros (García-Ruiz, 2005).

Las empresas que están orientadas hacia el marketing relacional fomentan comunidades alrededor de su marca y de los productos que ofrece en el mercado. En el momento en que los consumidores se involucran en la creación de las marcas, toman el rol de prosumidores, dando existencia a la comunidad de marca (Plangger, 2012), es por esto que las organizaciones están utilizando los medios digitales del social media para el fortalecimiento del branding y la gestión comercial.
Las comunidades de marca tienen la capacidad de desarrollar labores en representación de una empresa que pueden afectar su imagen y reputación, siendo su fuente de referencia y fomentando el marketing voz a voz (Pérez y Rodríguez, 2012). Las comunidades de marca pueden generar verdaderas experiencias y emociones evidenciadas en el consumo de productos hasta formar una identidad colectiva (García-Ruiz, 2005).

Para Pérez y Rodríguez (2012) las principales características de las comunidades de marca se describen en la Tabla 5:

image Tabla 5. Características de las comunidades de marca. Fuente: elaboración propia desde Pérez y Rodríguez (2012)



Las comunidades de marca requieren ser fortalecidas por las actividades de branding que desarrollan las organizaciones, en especial por “una riqueza de contenido como para dar sentido a vínculos interpersonales entre consumidores y las marcas” (García-Ruiz, 2005, p. 260). Esta riqueza se representa por medio de las experiencias, los sentidos y los estímulos que las marcas comuniquen en su naturaleza con el objetivo de que la respuesta emocional sea mayor que la racionalidad en los procesos de consumo (Ortegón-Cortázar y Rodríguez, 2016).




Marketing de la experiencia fundamentado en la marca

El branding ha tenido que adaptarse a las nuevas maneras en las que organizaciones entregan su propuesta de valor a los consumidores, esto porque anteriormente dicha propuesta se fundamentaba en el producto, el precio, la distribución o la promoción; actualmente las empresas deben satisfacer necesidades del mercado a través de las experiencias. De ahí la pertinencia del marketing experiencial en la estrategia corporativa de las organizaciones del siglo XXI.

Suárez y Gumiel (2012) proponen un paralelo entre algunas realidades del marketing tradicional y el marketing fundamentado en las experiencias, las cuales se plasman en la Tabla 6:

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Tabla 6. Paralelo entre el marketing tradicional y el marketing de experiencia. Fuente: elaboración propia desde Suárez y Gumiel (2012)




En el entorno del marketing del nuevo mercadeo, una experiencia es un suceso íntimo entre empresas y clientes presente a partir de un conjunto de estímulos generados por la marca que fomenta el consumo en el mercado (Gómez y Mejía, 2012); y como lo sustentan Lenderman y Sánchez (2008), esta categoría del marketing representa una interacción entre el consumidor y la empresa que desde la gestión de su marca desarrolla experiencias extraordinarias ligadas al consumo de bienes y servicios.

Teniendo en cuenta que cualquier experiencia vincula a los individuos de forma personal con los sucesos ocurridos, en torno al marketing Suárez y Gumiel (2012) proponen los siguientes tipos de experiencias:

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Figura 15. Fuente: elaboración propia

Bernd Schmitt es el mayor representante del concepto de marketing de experiencias y resalta el concepto de experiencia definiéndose como un evento privado que ocurre como respuesta a algún estímulo y envuelve todo tu ser (Schmitt, 2010). En esta práctica, los consumidores involucran sus sentimientos, emociones y sentidos, siendo estos pilares y los objetivos del nuevo branding que deben desarrollar las empresas del siglo XXI. Suárez y Gumiel (2012) resaltan las siguientes afirmaciones para entender el concepto de marketing de experiencias:




Las experiencias en los procesos de consumo son diversas, pueden generar vínculos emocionales positivos o negativos entre consumidores y empresas, ya sea por el contacto directo con los productos o por la identificación de otros atributos de la propuesta de valor; sin embargo, antes de estos vínculos emocionales el cliente vivió una experiencia.
Las experiencias de consumo pueden dirigir a los clientes a sentir algún tipo de satisfacción, pero en ningún momento son similares. Las satisfacciones por el consumo de bienes y servicios se presentan por la superación de las expectativas de la promesa de valor; aunque hay que tener en cuenta que no todas las experiencias son positivas, por ello, no se igualan a los procesos de satisfacción.
Las experiencias sesgan la percepción de los valores de una marca por parte de los consumidores. El nivel de posicionamiento de las marcas no es directamente proporcional a la aceptación positiva de la experiencia de consumo de sus bienes y servicios; por esto, la estrategia de servicio es trascendental para el fortalecimiento de la imagen de marca, la cual está sujeta a una experiencia.



Todas las empresas que posean una adecuada orientación al mercado deben proponer en su estructura organizacional la administración de las experiencias del cliente, que por sus siglas CEM, se conoce como el Customer Experience Management, que es una actividad que se encarga de controlar la calidad de las experiencias que el consumidor desarrolla en los diferentes puntos del canal de marketing donde la presencia de la marca sea evidente (Lenderman y Sánchez, 2008). Para Schmitt (2010) la administración de las experiencias del cliente debe contener las siguientes estrategias:

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Figura 16. Fuente: elaboración propia




Tipología del marketing de experiencias

A partir del desarrollo de la administración de las experiencias del cliente, la organización debe identificar el tipo de marketing a desarrollar fundamentado en la experiencia. Schmitt (2010) propone la siguiente tipología que se describe en la Tabla 7:

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Tabla 7. Tipología del marketing de experiencias. Fuente: elaboración propia desde Schmitt (2010)




Los sentidos en las decisiones de compra

El marketing sensorial sustenta la capacidad que tienen las marcas para comunicarse no solo con sus clientes sino con sus stakeholders desde sus cinco sentidos, en especial los del consumidor, pretendiendo mejorar la imagen de la marca para fomentar el consumo de los bienes y servicios que representa. Para Suárez y Gumiel (2012) este tipo de marketing crea experiencias sensoriales a través de la vista, el gusto, el oído, el tacto, y el olfato.

Una nueva tendencia en el mercadeo del siglo XXI es el marketing sensorial, el cual pretende gestionar la relación entre la marca hacia los sentidos de los clientes, incidiendo a favor de la empresa en el comportamiento de consumo de ellos y el posicionamiento de la marca en el mercado (Marín y Zambrano, 2018). Para Rua (2015) las principales funciones que cumple el marketing sensorial para el fortalecimiento del branding en las organizaciones son las siguientes:





Entre los factores que han impulsado el desarrollo del marketing sensorial se encuentran los siguientes: la dinámica de los mercados y los altos niveles de competitividad, la importancia de los factores emocionales sobre los factores racionales en los actuales procesos de consumo, y la incidencia de las neurociencias como factor que potencializa el marketing (Suárez y Gumiel, 2012).



Teniendo en cuenta que el marketing sensorial se basa en la pertinencia de los sentidos en la estrategia de comunicación se relacionan los siguientes elementos de análisis para cada uno de ellos:

Marketing visual. La vista como sentido humano permite a las personas desarrollar en su mente una percepción del mundo (Serrano y Franco, 2017) y para el caso de las marcas, un concepto de relación comunicacional relacionada con las experiencias y satisfacción de necesidades. Por lo anterior, el marketing visual se fundamenta en el uso de estrategias de comunicación, tanto icónicas como lingüísticas en el proceso de entrega de valor al mercado a través de experiencias extraordinarias (Pini, McDonald y Bartlett, 2016).

El color en el entorno del marketing visual juega un papel importante en la estrategia de packing y de imagen de marca. Los empaques, embalajes, logotipos e isotipos contienen en el color un elemento de comunicación vital en la propuesta de valor de la empresa y su marca. Estos proporcionan realismo a la comunicación, captando la atención del consumidor, el cual podrá identificar las marcas claramente dentro de las ofertas existentes en el mercado (Rua, 2015). La Tabla 8 relaciona los significados de los colores en el entorno al marketing sensorial:

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Tabla 8. Significados de los colores en el marketing sensorial. Fuente: elaboración propia desde Pol (2017)




Marketing olfativo

Dentro de los procesos de comunicación de marca, los aromas cuentan con simbolismos representativos que inciden en el comportamiento del consumidor. Más que perfumar los espacios donde se encuentran las marcas y los clientes, deben reforzar la identidad de la empresa con diseños de odotipos, los cuales conforman y complementan las estructuras de las marcas (Rua, 2015). Cuando la marca es “respirada” por el consumidor, se genera un contacto íntimo entre la propuesta de valor y las necesidades de los clientes, incrementando el consumo de los productos de la marca. Dentro de las principales ventajas del marketing olfativo se resaltan las siguientes (Barreto y Martínez, 2016):

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Figura 17. Fuente: elaboración propia




Marketing auditivo

Teniendo en cuenta que en la naturaleza del comportamiento humano es más relevante para el mercadeo escuchar que oír, las marcas deben ser escuchadas por todos sus stakeholders. La escucha de las personas es una acción voluntaria, promoviendo el entendimiento del mensaje enviado por las marcas que pretenden desde el marketing sensorial generar experiencias en los consumidores que motiven el consumo a partir del beneplácito del mensaje auditivo.

El marketing auditivo debe influir en el consumidor desde el uso de una música específica en los escenarios donde la marca pretenda ejercer una acción comercial, logrando estimular el consumo de bienes y servicios (Marín y Zambrano, 2018). La música puede convertirse en un elemento para desarrollar una adecuada segmentación del mercado porque los consumidores al ingresar a un punto de venta, se identifican o no con la propuesta de valor de la empresa y con el mensaje que envía la marca a través de su propuesta de audiomarketing.

Marketing gustativo. Las estrategias de marketing gustativo están relacionadas a las acciones olfativas; sin embargo, este consiste en reconocer los sabores más agradables para los consumidores potenciales de la marca con el objetivo de incrementar la participación en el mercado, optimizar el posicionamiento y la diferenciación en el mercado. Algunas acciones relacionadas al desarrollo del marketing gustativo se relacionan a continuación:

Chania

Figura 18. Fuente: elaboración propia




Marketing táctil. En las prácticas de marketing sensorial, el sentido del tacto es el menos estudiado, desarrollado y explotado en las estrategias de branding; sin embargo, siendo este uno de los sentidos humanos, las empresas deben aprovecharlo para desarrollar sensaciones y experiencias nuevas a través de la comunicación de marca. El sentido del tacto se concentra en la piel que cuenta con múltiples terminales nerviosas, transformando estímulos exteriores en posible información que pueda influir en las decisiones de compra (Marín y Zambrano, 2018).

La estrategia de packaging de la empresa es la principal herramienta para el desarrollo del marketing del tacto. El contacto directo entre la piel del consumidor con el empaque del producto determina la aceptación de la promesa de valor de la empresa y la aceptación para su posterior consumo; y más aún, cuando se reconoce que una de las tendencias del ser humano en los diferentes puntos de venta es el de tener contacto físico con los productos.




Tema 5.
ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN DE MARCA

El proceso de comunicación de la marca hacia sus stakeholders permite a las organizaciones no solo ser conocidas en el mercado sino ser reconocidas, es decir, tener la certeza que los grupos de interés entienden la propuesta de los atributos y demás elementos de valor que la marca gestiona desde su personalidad, identidad, arquitectura y sustento legal. Las empresas pueden poseer en su portafolio productos de alta calidad y adecuados para la satisfacción de necesidades, pero si sus valores no se comunican ni se asocian con la marca, serían prácticamente inexistentes en el mercado.

Para que la empresa asegure su reconocimiento, debe utilizar canales tradicionales y alternativos que aseguren su posicionamiento en la mente de los consumidores, permitiendo que estos asocien la satisfacción de sus necesidades con la marca. De esta manera, las organizaciones lograrán que el mercado se sienta comprometido con la marca, haciéndolo partícipe de la comunidad en torno a ella, esto sucederá siempre y cuando la orientación y filosofía corporativa tenga un alto sentido para los consumidores.

image Figura 19. Fuente: Shutterstock/2019
La esencia de la comunicación de marca debe poseer un enfoque estratégico de integración entre empresas y stakeholders, resaltando en este desarrollo los siguientes aspectos que proponen Huertas, Setó-Pàmies y González (2015):

Las organizaciones deben definir los factores claves que sustentan la lealtad de los consumidores que al mismo tiempo aporten atributos al brand equity, analizando y ponderando las estrategias de negocio que consideren a la marca como elemento básico de su estructura.
Una vez que se haya identificado el rol de la marca en la organización, se debe identificar la imagen exterior de la misma proyectada al mercado. Por esta razón, la empresa debe desarrollar una segmentación de mercado que permita identificar el target al cual la marca debe enfocar su comunicación, sus expectativas de lo que desean encontrar en las estrategias de comunicación y cómo asociaría estos atributos de la imagen exterior de la marca con la satisfacción de sus necesidades.
El valor es el impacto y la importancia que tienen las marcas en la vida del consumidor, haciéndolas parecer únicas desde la perspectiva de los clientes para alcanzar niveles óptimos de posicionamiento y de participación en el mercado. Dicha propuesta debe estar implícita en los mensajes a proponer en la comunicación de marca.
Estos mensajes deben estar alineados con la propuesta de valor, siendo precisos, persuasivos y diferentes, buscando respuestas comerciales en los consumidores. El desarrollo de mensajes estratégicos garantiza un retorno de las inversión más eficaz y contundente para la organización.
Una vez que la empresa identifica el rol de su marca en el core business, su imagen exterior, la propuesta de valor y los mensajes estratégicos, debe estructurar una mezcla de medios alternativos para encontrar el más adecuado para que el mercado reconozca la marca y su propuesta de valor.

Las empresas cuentan con las diferentes comunicaciones integradas de marketing, entre las que sobresalen la promoción de ventas, la publicidad, el merchandising, las ventas personales, el marketing directo y el marketing digital, en el cual se encuentran las redes sociales con la posibilidad de generar contenidos de valor desde su naturaleza.



Redes sociales y social media

Las dinámicas propias del mercado y sus tendencias de consumo han hecho que los esquemas de la comunicación entre empresas y consumidores también evolucionen. Al respecto, la tecnología ha sido un aliado importante para las empresas frente a estos nuevos desafíos de la realidad comercial del siglo XXI. Las redes sociales son uno de los canales más utilizados por las organizaciones para ser reconocidos y fortalecer su propuesta de valor a los stakeholders, siendo una herramienta de marketing alternativa al alcance de clientes reales y potenciales.

Como lo afirman García, Expósito y Verdugo (2015) estas redes han generado una revolución a partir de la forma en la cual se relacionan la oferta y la demanda en el mercado. Inicialmente, las empresas se fundamentaron en la web 1.0 como alternativa de información unidireccional desde sus sitios web. Con la aparición de la web 2.0 su estructura en la comunicación bidireccional y multidireccional tiene como protagonista al social media.

Las redes sociales son una herramienta del marketing digital porque fomentan comunicación entre sus integrantes, permitiendo difundir ofertas empresariales y marcas de forma personalizada o masiva (García, et al, 2015). No todas las redes sociales funcionan de la misma manera o tienen los mismos objetivos; cada una de ellas genera contenidos diferentes.

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Figura 20. Fuente: Shutterstock/2019




En forma general existen dos tipos de redes sociales: las primeras son las redes horizontales son muy generales y cualquier tipo de usuario puede participar en ella sin restricciones puesto que no requiere de ninguna característica específica (Facebook, Twitter, Instagram); las segundas, donde los usuarios cuentan con características comunes y tienen los mismos intereses (LinkedIn). Las redes sociales de mayor reconocimiento presentan las siguientes características:


image Figura 21. Fuente: Shutterstock/2019


Facebook: es la red más grande del mundo con mayor número de usuarios, los cuales pueden conectarse en cualquier momento. No se caracteriza por generar contenidos verticales, de ahí su gran participación y cobertura en el mercado mundial.

image Figura 22. Fuente: Shutterstock/2019


Twitter: es la red donde se generan contenidos con mayor velocidad, permitiendo interactuar con cualquier miembro de la red, siendo o no seguidor.

image Figura 23. Fuente: Shutterstock/2019


Instagram: es la red que genera un importante contenido visual muy fácil de consumir. Las imágenes representan el principal contenido de esta red social.




image Figura 24. Fuente: Shutterstock/2019


YouTube: esta red permite compartir contenido multimedia con el objetivo de crear comunidades entorno a una marca e incrementar la lealtad de sus consumidores.

image Figura 25. Fuente: Shutterstock/2019


LinkedIn: red social vertical, la cual genera contenido académico, científico y de networking. Por ello, su mercado potencial son los profesionales.




Se entiende por social media a las aplicaciones fundamentadas en internet las cuales se construyen sobre las bases tecnológicas de la web 2.0, permitiendo la creación e intercambio de contenido generado conjuntamente entre las empresas y sus usuarios (Yejas, 2016). Alrededor del social media las marcas influyen a los consumidores generando en ellos engagement, es decir, compromiso integral con la marca a través de la generación de contenidos. Los diferentes tipos de social media se relacionan en la Tabla 9:

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Tabla 9. Tipos de social media. Fuente: elaboración propia desde García, et al, (2015)




Los influencers en el branding

Los influencers son personas que poseen una particular relevancia en las redes sociales y en otros entornos del social media, los cuales representan a las marcas en su relación con consumidores desde escenarios 2.0 (Castelló-Martínez y Pino, 2015). Teniendo en cuenta que los influencers cuentan con una imagen importante en las redes sociales debido a su gran número de seguidores, las marcas aprovechan esta ventaja para incrementar su visibilidad y su propuesta de valor en el mercado. Para Venegas (2015) algunos de los beneficios que para el branding otorga el uso de los influencers son los siguientes:

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Figura 26. Fuente: elaboración propia




De acuerdo con la Asociación de Marketing de Influencers creada en los Estados Unidos existen cinco categorías diferentes de influencer con las que las empresas pueden desarrollar su posicionamiento en el mercado, teniendo en cuenta los perfiles y las características de estos individuos. Dichas categorías son las siguientes:



Representa a la persona o al ciudadano que cuenta con atributos relacionados con la marca de forma superior que el resto de individuos. Usualmente el citizen comparte contenido relacionado con la marca en redes sociales y otros escenarios de influencia al target de la empresa, y aunque no posee ningún tipo de relación con la marca, su opinión es relevante para el consumidor de la misma.


Es la persona que apoya los valores de las marcas y los productos que representa sin tener ningún tipo de relación contractual con las empresas para hacerlo. Para las empresas, este individuo es muy importante porque transmite los valores de la comunicación de marca a otros consumidores potenciales sin generar costos para la organización. Pueden ser utilizados para compartir a los stakeholders experiencias positivas generadas desde el consumo de la marca incrementando su nivel de posicionamiento.


Este individuo se asocia con la marca por medio de una relación contractual al largo plazo entre él y la empresa que representa la marca. Se convierte en su embajador tanto en las redes sociales como en diferentes escenarios de influencia en los consumidores y seguidores. Esta remuneración no necesariamente es de tipo económico porque la empresa puede utilizar diferentes tipos de compensaciones en especie como pago a su labor frente a la comunicación e influencia de la marca en el mercado.


Estos individuos a diferencia de los anteriores, no tienen ningún tipo de relación contractual con la marca a largo plazo. Pueden ser contratados para alguna actividad específica sin que esta sea de carácter exclusivo.


Para la Asociación de Marketing de Influencers este es un individuo que posee un gran reconocimiento en la sociedad, el cual puede emplear su estatus en la estrategia de comunicación de marca de la empresa impactando de forma contundente al mercado potencial. Estos tienen incidencia en las diversas clases sociales y en las múltiples categorías de productos; sin embargo, puede ser sumamente costoso para la empresa.






Storytelling en la gestión del branding






Dentro de las principales ventajas del uso del storytelling en el branding se resaltan las siguientes (Ceballos y Gómez, 2014):

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Figura 27. Fuente: elaboración propia




Tema 6.
COMUNICACIÓN DEL PERSONAL BRANDING

En los entornos del marketing actual, es el branding una de las actividades más relevantes para la generación de valor por parte de las empresas, esto debido al hecho de que las marcas en las organizaciones pueden llegar a poseer un valor equivalente o superior al de sus activos (Ortega, 2008). De igual forma, el concepto de marca personal en los profesionales es trascendental para su generación de valor en las organizaciones, familias y demás escenarios donde se interactúa, logrando un adecuado proceso de diferenciación en el mercado laboral.
Una marca personal es el conjunto de valores con características funcionales, simbólicas y emocionales que representan la identidad de las personas sobresaliendo en los entornos sociales, económicos u organizacionales que los rodea (Ortega, 2008), desde esta perspectiva, el branding personal se convierte en la gestión de las percepciones que se tienen sobre las personas, más que desde ellas, desde lo que su comunicación personal dice que son (Rampersad, 2009). La relevancia del personal branding va ligada al desarrollo competitivo de la historia de la humanidad.
Durante el desarrollo de la revolución industrial, muchas personas perdieron sus trabajos, solo las que poseían conocimiento sobre el manejo de las máquinas no lo hicieron; actualmente, la era digital impulsa a las personas a sobresalir desde sus competencias y percepciones que las organizaciones y la sociedad pueden tener de ellos; por ello, aparece la necesidad de potencializar las estrategias de personal branding en busca del posicionamiento individual para diferenciarse en el actual mercado laboral, el cual es altamente competitivo (Ferre-Trenzano, 2003).



El marketing personal

El marketing personal debe tener como punto de partida el alcance de unos objetivos propuestos tanto en la vida laboral como en la vida personal, y de esta manera elegir las estrategias y tácticas más adecuadas para alcanzar dichos objetivos, teniendo en cuenta la dinámica de la sociedad y de los sectores productivos que inciden en los profesionales (Ferre-Trenzano, 2003). Es por esto que dentro de los principales beneficios cuando se desarrollan actividades de marketing personal, Gutiérrez (2018) resalta los siguientes:

Chania

Figura 28. Fuente: elaboración propia

En términos de marketing personal se recomienda como fase inicial del programa de plan de mercadeo dar respuesta a estos interrogantes: ¿Quién Eres?, ¿Qué haces?, ¿Cómo lo haces?, ¿Qué te hace diferente de los demás? (Shepherd, 2005). Una vez se hayan respondido estos interrogantes, para los profesionales será más asertivo identificar cuál es el verdadero objetivo que tienen como productos y a quién quieren beneficiar con su oferta de valor. Frente a ello, se relaciona a continuación unas fases prácticas para el desarrollo del marketing personal.




Plan de comunicación en el personal branding
Para que la generación, comunicación y entrega de valor desde la marca personal sea efectiva, se debe establecer un plan de acciones de índole comunicacional que permita generar reconocimiento a la marca personal. Este plan, desde la óptica de Adán (2017) debe contener los siguientes pasos:

Es pertinente identificar el mercado potencial que valorará significativamente la marca personal, de ahí que se deba tener claridad de quién es, dónde está, a qué le da valor, qué espera, entre otros.
Es relevante reconocer las características del entorno en el que están inmersas las personas, las claves operacionales del sector, los referentes y las tendencias que perfilan las ventajas que se deben tener para que la estrategia de personal branding tenga éxito.
La propuesta de valor es la clave para la apertura y del relacionamiento con los stakeholders más importantes, de ahí que se deban tener identificados los elementos de diferenciación entre el mercado laboral.
Se hace necesario tener claridad sobre las metas y los objetivos a alcanzar desde las estrategias de personal branding que se aplique, y como todo proceso de planeación, debe contar con la organización de recursos, la dirección adecuada y el control para medir el impacto de dichas acciones.
Se debe seleccionar asertivamente los medios de comunicación que mejor desarrollen el acercamiento y el relacionamiento con el mercado potencial, pueden ser tradicionales o digitales.
Uno de los elementos que conforma la propuesta de valor es la generación de contenidos que apalanquen el posicionamiento de la marca personal, esto se puede desarrollar por medio de publicaciones académicas en revistas especializadas, redes sociales, páginas web, blogs, etc.
Para fortalecer la marca personal se debe contar con red de contactos que potencialice la generación de contenidos y las relaciones públicas de la marca personal.