Gerencia de marca

Tema 1.
CONCEPTUALIZACIÓN DEL BRANDING ESTRATÉGICO

La gestión de las marcas para las organizaciones del siglo XXI se ha convertido en un desafío gerencial de las empresas, ya que desde estas no solo se fundamentan los elementos comunicativos con los stakeholders, sino que a través de su gestión se obtienen beneficios importantes en términos de participación en el mercado, de posicionamiento y de rentabilidad; por esta razón, es tan alta la importancia de la marca en la estructura de una organización, que puede ser equivalente o superior a la de los activos (Ortegón, 2012). La marca cumple una función trascendental en la relación entre los clientes y las organizaciones, y es la de generar vínculos funcionales, simbólicos, y, sobre todo, vínculos emocionales que trascienden a las transacciones de compra venta por relaciones duraderas y rentables en beneficio de las empresas, generando así confianza desde el precio, la calidad, el servicio, preferencia, percepción u otra propuesta de valor frente a la decisión de compra (Hernani, 2008; Blackett y Harrison, 2001). El branding para las organizaciones ha tenido un papel relevante debido a que esta actividad asocia la marca a una serie de atributos particulares los cuales le dan un valor adicional al producto en sí mismo, con fin de generar las estrategias para el desarrollo del branding (Mato, 2007). Para Guzmán (2016) la marca es la manera en la cual el mercado percibe el producto o servicio de una empresa, y esta es la razón por la cual los grandes mercadólogos no escatiman en gastos para su gestión. En forma general, el branding estratégico está conformado por tres etapas fundamentales, las cuales se visualizan en la figura:

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Figura 1. Etapas del desarrollo del branding estratégico. Fuente: elaboración propia desde Capriotti (2016)



Importancia, tipología y diseños de marca
De acuerdo con la planeación estratégica, las empresas deben direccionar sus esfuerzos de construcción de marca, en especial cuando existe una alta orientación al mercado por parte de las organizaciones. Para Temporal y Lee (2003), las marcas son importantes para el mercado porque les generan diversos beneficios, entre los que sobresalen los siguientes:

Porque el consumidor desea tener diferentes opciones, y las marcas ofrecen libertad para hacer una libre. La gestión de experiencias significativas por parte de las marcas hacia el mercado incrementa la rapidez en su elección.
Puesto que las marcas facilitan el proceso de elección al encontrar en ellas los atributos y los valores deseados por los consumidores.
El mercado selecciona productos a partir de una alta percepción de calidad relacionando así sus experiencias con la marca.
Debido a que las marcas tienen la capacidad de permitir expresar las necesidades sociológicas y psicológicas de sus seguidores, resaltando su componente emocional y su relacionamiento simbólico.



Para la Superintendencia de Industria y Comercio (s.f.) la marca es un signo distintivo que identifica los productos o servicios de una empresa o empresario. La marca representa en la mente del consumidor una propuesta de valor de los productos, así como un contenido simbólico, emocional y funcional, convirtiéndose en el canal adecuado para proyectar la imagen de la organización y sus ventajas competitivas en el mercado. Ortegón (2014) propone los siguientes tipos de marca que pueden gestionar las organizaciones:



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Figura 2. Fuente: Shutterstock/2019
Representan el contenido lingüístico o numérico que utilizan las empresas para identificar sus productos en el mercado, las cuales pueden ser pronunciadas por el mercado y demás stakeholders. La siguiente figura representa una marca nominativa.


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Figura 3. Fuente: Shutterstock/2019
Constituyen la estructura gráfica del signo o del ícono que representa a la marca (isotipo), y no debe incluir expresiones lingüísticas, como letras, palabras o frases, por esta razón, el componente figurativo es impronunciable. A continuación, la figura representa un grupo de marcas figurativas.


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Figura 4. Fuente: Shutterstock/2019
Estas marcas representan la fusión de las nominativas y figurativas debido a que contienen elementos lingüísticos e icónicos. La figura siguiente representa un grupo de marcas mixtas.


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Figura 5. Fuente: Shutterstock/2019
Estas marcas representan las tres dimensiones del espacio (alto, ancho y profundo) perceptibles por los sentidos que pueden llegar a tener los productos en los formatos de distribución; al poseer volumen ocupan un espacio determinado. Este tipo de marcas solo se pueden registrar si sus características las hacen únicas y con alto nivel de diferenciación con las demás marcas existentes en el mercado. La siguiente figura representa un grupo de marcas tridimensionales.


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Figura 6. Fuente: Shutterstock/2019
El desarrollo comercial y el crecimiento que abarcan las leyes de propiedad intelectual han generado la existencia de nuevos activos para las organizaciones, resaltando en ellos las marcas sonoras que identifican particularmente los productos en el mercado. Este tipo de marca está integrada por un sonido musical con el que el mercado identifica alguna oferta empresarial y la diferencia de su competencia.


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Figura 7. Fuente: Shutterstock/2019
Los olores pueden representar signos comerciales susceptibles a ser protegidos como elemento de propiedad intelectual, siempre y cuando cumplan con los mismos requisitos que las demás tipologías de marca. Dicho olor que representa la marca debe ser distintivo y debe tener la capacidad de ser representado gráficamente.


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Figura 8. Fuente: Shutterstock/2019
Un color o una combinación de colores puede ser tenido en cuenta como una marca en un proceso de registro marcario. Un ejemplo de ello es lo desarrolló la empresa Deere & Company, la cual registró una marca de color para distinguir máquinas de trabajo en el sector agrícola, tal como se observa en la figura siguiente.

El desarrollo de la construcción de marca contiene el diseño de la misma, el cual proporciona elementos de diferenciación en el mercado. El diseño de marca establece la estética de la marca en función de la filosofía y valores corporativos de las organizaciones. Dichos elementos estéticos se reconocen como los símbolos visuales y auditivos que representan a la empresa y a su portafolio de marcas, resaltando en ellas elementos funcionales, simbólicos y emocionales (Ortegón, 2014). Para Costa (2003) el diseño de marca fundamenta la identidad corporativa y gráfica de la marca por medio de elementos lingüísticos e icónicos.

Los elementos que se deben tener en cuenta para el diseño de marca, propuestos por Sweeney (2005) son los siguientes:

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Figura 9. Fuente: elaboración propia



Construcción e identidad de marca
La construcción de marca también es conocida como el branding y consiste en la capacidad que posee una empresa de concebir, diseñar, implementar y rentabilizar una marca junto con los atributos que conforman la propuesta de valor para los consumidores (Ortegón, 2014). Esta gestión estratégica de la marca apareció en la década de los noventa en las organizaciones que iniciaban su filosofía de orientación hacia el mercado (Llamas, 2013). El branding es una actividad propia del marketing estratégico, el cual persigue el crecimiento del valor de este activo empresarial.

El branding en las organizaciones asocia la marca a un conjunto de atributos particulares los cuales aportan valor adicional al producto con el objetivo de generar las estrategias para el crecimiento de la marca (Mato, 2007). Lo anterior lo resaltan Kotler y Keller (2006) cuando definen el branding como la capacidad empresarial de Transmitir a sus productos el poder de su marca por medio de la creación de factores que los diferencien de las demás ofertas en el mercado.

Para Temporal y Lee (2003) el branding presenta diferentes alternativas que puede desarrollar la empresa teniendo en cuenta su direccionamiento estratégico:

Branding de producto
Es el resultado de las estrategias que resaltan los atributos que tiene una oferta desde cualidades para convertirlas en beneficios de la marca (Mato, 2007), a través de un signo, símbolo, frase, sonido o color que relaciona la calidad, seguridad, autenticidad, garantía, confianza y satisfacción de las necesidades del consumidor (Herranz, 2016).
Branding corporativo
Expresa los valores, el compromiso y la reputación de la organización, atrayendo a sus distintos stakeholders, motivándolos a aportar valor por medio de las compras o a través del fortalecimiento de los vínculos con la empresa (Capriotti, 2016). Para Moreno (2016) el branding corporativo permite “averiguar qué está pasando, investigar el mercado y saber cómo va a influir la marca que se está creando para saber hacia dónde se debe enfocar” (p. 2).



La construcción de marca debe explorar los sistemas de pensamiento de los clientes para poder entender sus pensamientos y sentimientos hacia los productos, acercándose al conocimiento de su proceso de compra, alineándolo con la promesa de valor de la marca, que como lo plantea Aaker (1996) se basa en un conjunto de activos que generan beneficios que inciden de diferentes formas en la identidad de marca. El desarrollo teórico del branding ha reconocido diversos conceptos que favorecen a los gerentes de mercado en su labor de desarrollar la construcción de marca; entre ellos sobresalen los siguientes:

Representa la intimidad de la marca percibida por los consumidores que la hacen notoria, confiable y apetecible. Esta esencia aporta de manera significativa al posicionamiento de la marca en el mercado, y a mediano plazo en la participación en el mercado de la empresa y sus productos.
Relaciona la capacidad del gerente de mercado o de marca en dotar a los productos de la empresa de beneficios y atributos que los diferencien de la competencia, motivando el consumo por parte del mercado.
Este elemento está asociado con los atributos ofrecidos por la organización para influir en el incremento de la demanda de sus productos. Dentro de estas propiedades sobresale el nombre, la simbología, los colores, formas, la funcionalidad y los beneficios emocionales valorados por los consumidores.
Este concepto resalta el conjunto de valores que los consumidores asocian con una marca, convirtiéndolos en valores propios gracias a su capacidad simbólica y expresiva. De esta manera se fortalece la orientación de una empresa hacia el branding (Ortegón, 2014).



Frente al proceso de construcción de marca, los gerentes de mercadeo deben tener en cuenta dos conceptos relevantes propuestos por Aaker (1996) que permiten obtener dos distintas perspectivas frente al branding. El primero es la identidad de marca, entendida como el conjunto de rasgos que el gerente pretende crear, comunicar y mantener para los consumidores, representando así la razón de ser de la empresa. El segundo es la imagen de marca, que corresponde al conjunto de elementos, situaciones, atributos, cualidades y símbolos de lo que representa la marca en la mente del consumidor (Ortegón, 2014).  
Dicha identidad debe estar representada por tres elementos, los cuales se plasman en la siguiente figura

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Figura 10. Elementos de la identidad de marca. Fuente: elaboración propia
Los elementos funcionales representan las características físicas u operacionales que posee el producto que representa la marca, resaltando en él sus beneficios de forma, uso, empaque y diseño. Los elementos emocionales representan la relación que la marca establece con los consumidores desde su cercanía, lealtad y sentimientos en común. Los elementos simbólicos representan los valores compartidos entre las marcas y sus seguidores, relacionados a partir de los rasgos de personalidad tanto del consumidor como de la marca.



Dimensiones asociativas en la construcción de marcas
El desarrollo del branding como construcción de marca está sujeto a la perspectiva de diversas dimensiones que debe tener en cuenta el gerente en su labor como estratega de este activo en las organizaciones. Aaker (1996) manifiesta que existen cuatro dimensiones que son: la marca como organización, la marca como persona y la marca como símbolo. Otros autores señalan otras dimensiones, dentro de las que sobresalen: la marca como conjunto de valores y la marca como cultura (Temporal y Lee, 2003). Dichas dimensiones se describen a continuación:

Dimensión fundamentada en los valores que posee una organización sobre los que cuentan sus productos; los primeros deben ser más duraderos y resistentes al escenario competitivo, mientras que los segundos se establecen desde las bondades exclusivas del producto. Dentro de los valores organizacionales más representativos se encuentran la innovación, la calidad, la responsabilidad social y su relación con el entorno.
Esta dimensión representa el conjunto de características humanas asociadas con las marcas (Ortegón, 2014), dando origen al concepto de personalidad de marca propuesto por Aaker (1997), agregando a las marcas un carácter humano.
Desde esta dimensión las marcas dejan de ser solamente logotipos, formas y colores debido a que un símbolo sustenta una identidad que los consumidores adoptan en su vida, potencializando la fidelidad del mercado hacia el portafolio de productos de la empresa.
El branding crea en torno a la marca un conjunto de valores que fortalece el cumplimiento de las expectativas de los consumidores. Dichos valores pueden ser la calidad, el desempeño, la confiabilidad, la mejora continua, entre otros.
Esta dimensión puede convertir la marca en un factor de pertenencia, permitiendo que los miembros de una organización interactúen en torno a ella, sustentando la existencia del endomarketing, es decir, la propuesta de valor para los empleados.



Tema 2.
DESARROLLO DE ESTRATEGIAS DE POSICIONAMIENTO




La entrada en nuevos mercados es una alternativa estratégica de vital importancia para las organizaciones (Puig-Falco, 2017), siendo una gran responsabilidad para los gerentes de mercadeo el analizar y potencializar la imagen que quieren reflejar en su target (Torres e Hidalgo, 2006). Por esta razón, los estrategas deben identificar las adecuadas estrategias de posicionamiento que generen una ventaja competitiva que fortalezca el valor de la marca en el mercado (Trujillo, Rodríguez, Guzmán y Becerra, 2006).

El posicionamiento de marca representa el lugar que ocupan los productos en la mente del consumidor (Ries y Trout, 1981), y al respecto Aaker (1996) plantea que un posicionamiento de marca aporta ventajas a la organización, entre las cuales se destacan la orientación de la estrategia de marca, así como su expansión en mercados locales y globales.

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Figura 11. Fuente: Shutterstock/2019



Caracterización del posicionamiento de marca

En el entorno de la gerencia de marca se visualizan tres pilares desde los cuales se debe sustentar el posicionamiento al interior de las empresas: el primero es el que determina la identidad de la marca, la cual representa lo que en verdad es la organización y el para qué lleva a cabo su objeto social; en segundo lugar se encuentra la comunicación, sustentando lo que la organización debe transmitir a los stakeholders; y como tercer pilar se encuentra la imagen, que es el reconocer realmente como ven a la empresa sus grupos de interés (Torres Moraga y Muñoz Navarro, 2006).   El posicionamiento de marca, como actividad gerencial consta de tres etapas generales, las cuales se visualizan en la figura:

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Figura 12. Etapas del posicionamiento de marca. Fuente: elaboración propia desde Aguirre y Mejía (2007)
Posicionamiento analítico
Posicionamiento analítico   El desarrollo de esta etapa inicial pretende identificar el posicionamiento actual que poseen las organizaciones. Por ello, a partir de un análisis interno se debe reconocer la identidad corporativa y la filosofía corporativa (misión, visión, cultura, objetivos y atributos a proyectar). De igual forma, a partir de un análisis externo se debe identificar la imagen percibida por los stakeholders, por la competencia, visualizando los atributos de marca más ponderados por el mercado potencial con el propósito de encontrar el posicionamiento ideal de la empresa.
Posicionamiento estratégico
  En este se deben tomar decisiones respecto a los resultados obtenidos en el posicionamiento analítico. Se pretende identificar atributos y elementos de la identidad de marca para resaltarlos en las diferentes comunicaciones integradas de marketing alineadas con el branding estratégico, dentro de las que sobresalen la publicidad, la promoción de ventas, las relaciones públicas, el merchandising, las ventas personales, el marketing directo y el marketing digital, fundamentado en las redes sociales.
Control del posicionamiento
  A partir de la propuesta obtenida en el posicionamiento estratégico se hace necesario medir el impacto y la eficiencia de la nueva identidad de marca. Si esta es acorde a los objetivos estratégicos propuestos, se deben desarrollar acciones para seguir manteniendo el posicionamiento obtenido, de ahí que esta actividad de branding se sustenta en una constante dinámica, siendo un pilar diario del gerente de marca y del capital humano que gestiona su valor en beneficio de la empresa.









Puig-Falco (2017) sostiene que la existencia de los diversos tipos de posicionamiento es bastante amplia, y su propia tipología radica en las necesidades organizacionales; sin embargo, de una manera genérica propone los siguientes tipos de posicionamiento:






Hexagrama del posicionamiento en la gerencia de marca

La gerencia de marca posee elementos específicos para el desarrollo de la gestión al interior de las organizaciones, en especial lo concerniente al posicionamiento, y ante ello, aparece el hexagrama de la gerencia de marca que representa las principales actividades de esta labor directiva por parte de los gerentes. Dicho hexagrama se representa en la figura siguiente:

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Figura 13. Hexagrama de la gerencia de Marca. Fuente: Aguirre y Mejía (2007)



En relación al hexagrama de la gerencia de marca, Aguirre y Mejía (2007) describen cada uno de sus componentes:



Producto

El Gerente de marca debe tener una autoridad importante sobre el producto y la gestión de sus dimensiones, resaltando dentro de ellas en función al branding, sus características físicas, ventajas competitivas y beneficios como propuesta de valor a los consumidores.



Mercado

Desde una perspectiva económica, es el escenario donde interactúan la oferta y la demanda; sin embargo, desde la óptica mercadológica representa los consumidores que reciben no solo los elementos funcionales del producto, sino que desde la marca se resaltan los elementos emocionales y sensoriales. Algunos elementos a tener en cuenta son la población y su densidad, el espacio geográfico, los aspectos demográficos, los factores sociales y psicológicos, las restricciones legales y comerciales.



Utilidades

Desde la gestión de este activo, el gerente de marca persigue incrementar las utilidades sin convertir este pilar en una actividad comercial agresiva que afecte a los consumidores.



Coordinación

El gerente de marca actúa coordinando la información alrededor de la gestión del producto, cumpliendo y asimilando diferentes roles gerenciales en beneficio de los stakeholders.



Pronósticos

El gerente de marca debe contar con la infraestructura necesaria que le permita desarrollar pronósticos en cuanto a la participación en el mercado del portafolio de productos de la empresa, así como también de las cifras en cuanto al posicionamiento de la marca en la mente de los consumidores reales y potenciales.



Planeación

Representa el fundamento de la gerencia en cualquiera de sus áreas. Frente a la planeación en torno a la marca, las estrategias deben direccionar el futuro de la organización en función de la marca desde el planteamiento de planes estratégicos, tácticos y operativos.




Niveles de posicionamiento de marca en el mercado internacional

Para Osorio, Andrade y Mina (2015) el éxito de una marca en entornos internacionales se fundamenta desde los siguientes elementos:

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Figura 14. Fuente: elaboración propia



La gestión de los anteriores elementos permite el adecuado posicionamiento de las marcas en los entornos internacionales, teniendo en cuenta que actualmente la batalla comercial de las empresas se encuentra ubicada en la mente del consumidor, y en la medida en que se comprenda cómo funciona su mente, será más práctico desarrollar el posicionamiento de la marca (Trout y Rivkin, 1996).

Para Jiménez y Camirra, (2015) las realidades competitivas han impulsado a las compañías a implementar nuevas estrategias orientadas al consumidor desde la percepción, hasta la reputación y experiencia de consumo, sobre todo cuando sus marcas no poseen altos niveles de posicionamiento tanto en mercados nacionales como internacionales. Al respecto, la Tabla 1 describe los diferentes niveles de posicionamiento que pueden tener las marcas en los mercados internacionales:

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Tabla 1. Niveles de posicionamiento de marcas en el mercado internacional. Fuente: elaboración propia con base en Lazo (2006)



La marca es un elemento fundamental para aportar valor internacionalmente, es por esto que, las organizaciones deben tener en cuenta algunos factores necesarios para expandir una marca en el mercado global. Puig-Falco (2017) señala los siguientes factores:





Tema 3.
LEGISLACIÓN Y PROTECCIÓN DE MARCA




Modelos de auditoría

Para los gerentes de marca es vital reconocer la reglamentación existente a nivel nacional e internacional sobre el derecho de propiedad intelectual. En lo relacionado al derecho de propiedad industrial es el campo donde está inmersa la legislación marcaria. Una marca legalmente registrada proporciona a la empresa el uso exclusivo de dicha denominación, otorgando beneficios de alto impacto comercial para su propietario, entre los que sobresalen:

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Figura 15. Fuente: elaboración propia



Tratados internacionales para la protección de las marcas

Es relevante tener en cuenta la existencia de diversos tratados internacionales relacionados con las marcas y administrados por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) los cuales fueron propuestos con el objetivo de fomentar la innovación, el desarrollo tecnológico, así como también la competitividad industrial. En la Tabla 2 se relacionan y describen los tratados relacionados con las marcas administrados por la OMPI.

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Tabla 2. Tratados relacionados con las marcas administrados por la OMPI. Fuente: elaboración propia con base en la OMPI (s.f.)



Proceso del registro de marcas en Colombia

En Colombia se pueden desarrollar registros de marca a los diferentes signos percibidos por los sentidos: palabras, imágenes, formas y sonidos; así como también la combinación de letras, números o colores con diversas particularidades. Para que las empresas puedan desarrollar el registro de su marca debe poseer una auténtica diferenciación a las ya registradas con el fin de proteger la propiedad intelectual y el valor de las mismas a los consumidores.

Frente a ello, cualquier persona natural o jurídica puede ser titular de una marca a través de su registro. En forma general, los pasos para generar una marca son los siguientes (Superintendencia de Industria y Comercio, s.f.):

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Figura 16. Fuente: elaboración propia